Tiwanaku: monumentos milenarios y el enigma de su construcción

Ubicada en el altiplano boliviano, cerca del lago Titicaca, Tiwanaku (o Tiahuanaco) es uno de los sitios arqueológicos más enigmáticos de América del Sur. Esta antigua ciudad preincaica, que floreció entre los años 300 y 1000 d.C., alberga monumentos colosales como la Pirámide de Akapana, el Templo de Kalasasaya, la Puerta del Sol y los monolitos Ponce, Fraile y Bennett, todos tallados con una precisión que aún hoy asombra a arqueólogos e ingenieros.
¿Cómo se construyeron estos monumentos?
Durante décadas, los investigadores han debatido cómo una civilización sin herramientas metálicas ni animales de carga pudo haber transportado y esculpido bloques de piedra de hasta 180 toneladas. Las teorías van desde el uso de rampas y rodillos hasta métodos más sofisticados de corte y ensamblaje.
Una hipótesis fascinante es la del reblandecimiento de la piedra mediante sustancias vegetales. Algunas leyendas andinas hablan de una planta capaz de ablandar la roca, lo que permitiría moldearla como arcilla antes de que se endureciera. Aunque esta idea ha sido descartada por muchos arqueólogos tradicionales, ha ganado atención en los últimos años gracias a estudios científicos.
¿Rocas artificiales? La teoría de los geopolímeros
El Institut Geopolymere de Saint-Quentin, Francia, liderado por el químico Joseph Davidovits, en colaboración con la Universidad Católica San Pablo de Arequipa, Perú, ha propuesto una teoría revolucionaria: los bloques de Tiwanaku y Pumapunku fueron fabricados con geopolímeros, es decir, rocas artificiales creadas mediante una mezcla de minerales, arcillas y aglutinantes naturales.
Según sus investigaciones, los antiguos tiwanacotas habrían utilizado una fórmula ancestral que incluía arcilla roja, carbonato de sodio y extractos vegetales para crear una pasta que luego vertían en moldes de madera. Al endurecerse, esta mezcla formaba bloques de arenisca roja o andesita gris, con una precisión y resistencia sorprendentes. Esta teoría explicaría cómo lograron formas tan complejas y cortes tan limpios sin herramientas metálicas.
¿Y los extraterrestres?
Durante mucho tiempo, algunos autores han sugerido que Tiwanaku fue construida con ayuda de seres de otros mundos, debido a la complejidad de sus estructuras. Sin embargo, la comunidad científica rechaza esta idea, argumentando que subestima la capacidad tecnológica y cultural de las civilizaciones andinas. Estudios recientes, como el de Marcelo Fernández, un arqueólogo boliviano que ha replicado un monolito usando solo herramientas líticas, demuestran que los tiwanacotas pudieron haber tallado sus esculturas sin intervención sobrenatural.
Técnicas de escultura y manipulación de la piedra
Las esculturas de Tiwanaku, como los monolitos y la Puerta del Sol, muestran un dominio impresionante del trabajo en piedra. Se han identificado técnicas como el pulido con abrasivos naturales, el uso de percutores de piedra y el ensamblaje por encaje perfecto, sin necesidad de mortero. La iconografía tallada, como los “dioses de báculos”, sugiere también un profundo simbolismo religioso y astronómico.
Tiwanaku sigue siendo un espejo del ingenio humano, una civilización que, sin necesidad de mitos alienígenas, dejó un legado monumental que aún desafía nuestra comprensión.
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Fernando Padilla Farfán




