Uso de musgo en nacimientos navideños provoca daño ambiental y sanciones federales

El uso de musgo en nacimientos navideños, arraigado en la tradición decembrina, está directamente vinculado con restricciones federales por su alto impacto ecológico. Lejos de ser un simple elemento decorativo, el musgo cumple funciones clave en los ecosistemas forestales: retiene humedad, estabiliza el suelo, reduce la erosión, facilita la infiltración de agua y alberga una amplia diversidad de invertebrados esenciales para el equilibrio ambiental.
En bosques templados de pino, encino y oyamel, su remoción masiva genera consecuencias graves. La pérdida de esta capa vegetal incrementa la vulnerabilidad del suelo frente a sequías e incendios forestales, además de afectar la regeneración natural del bosque. Debido a su crecimiento lento, el daño puede extenderse durante años, lo que explica por qué su extracción sin autorización es considerada un delito federal.
No obstante, el problema también tiene una dimensión social. El investigador Arturo García Aguirre ha señalado que muchas familias dependen de esta actividad de forma estacional, por lo que ha propuesto incentivos, financiamiento y campañas de regularización para incorporar a recolectores informales a la legalidad. El objetivo es transitar de la extracción clandestina a esquemas controlados que permitan ingresos sin destruir los ecosistemas.
De hecho, sí existe producción sustentable regulada de musgo, bajo permisos oficiales, que demuestra que el aprovechamiento responsable es posible cuando se respetan los ciclos naturales y las normas ambientales. Sin embargo, esta opción sigue siendo poco conocida frente al mercado ilegal que se activa cada diciembre.
Ante este panorama, Semarnat y académicos de la UNAM recomiendan sustituir el musgo natural por alternativas sustentables, como musgo sintético reutilizable, telas, cartón reciclado o materiales artificiales. Estas opciones permiten conservar la tradición sin incurrir en daños ambientales ni sanciones legales.
El mensaje es claro: proteger los bosques también empieza en casa. Repensar los nacimientos navideños es una oportunidad para conciliar cultura, legalidad y responsabilidad ambiental.





Redacción Paralelo 19




