El arte de (NO) hacer política
“Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros” (Groucho Marx).
Queda claro que un buen grupo de políticos han demostrado que carecen de principios; ¿De dónde rayos sacan los que durante 20 años mamaron de un partido y se van de ese instituto que es “porque el pueblo y la sociedad se lo pidieron” o “porque ya no representa los valores del pueblo”? ¿En serio alguien se cree ese pretexto para chapulinear y seguir en el “maldito poder”?
¿De verdad se creen los dirigentes de los partidos que tienen derecho a ser plurinominales porque “han trabajado mucho y quieren seguir trabajando por el bien del país”?
Las cosas como son: a la sociedad, al pueblo, les vale MADRE eso, y ¿saben por qué? Porque el 99% de la sociedad están mucho más preocupados por llevar de comer a sus casas y por librar la enorme crisis que SI existe en este país, que por “echarle porras” a esos políticos.
Nadie hace más por México que quienes dan empleos y pagan la seguridad social de sus empleados pues eso hace que lleven de comer y vestir a sus familias. No nos engañemos.
Les voy a decir que SI están logrando esos “próceres” de la patria: que la gente NO salga a votar y ni de cerca se logre el ansiado 65% de participación en las urnas.
Están logrando que la poquita esperanza que se tenía en ese 2024 para mejorar las cosas a través de las urnas, se vaya a la fregada.
Están logrando que los nuevos votantes (que son más del 30% del padrón) NO se identifiquen con algún grupo o partido político y prefieran tomarse el puente que ir a votar.
Los dirigentes que todos los partidos que están agandallandose posiciones e impidiendo el ingreso de gente muy valiosa de la comunidad a sus coaliciones, lo ÚNICO que sí están logrando es desaliento, hartazgo, e incluso burlas a su “estilo” de dirigir.
Estoy seguro de que SI HAY entre los buenos empresarios, altruistas, líderes de colonias o asociaciones, quien quiera servir a su comunidad y a México a través del servicio público… pero no los dejan y deberían ser tomados en cuenta.
En mercadotecnia le decimos: ceguera de taller, el ya no tener capacidad de ver más allá de sus propias narices.
No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Aún se está a tiempo para cambiar eso, ojalá todos los políticos que “llevan mano” en todos los institutos y coaliciones se den cuenta.
Guarden estas líneas para junio.
Al tiempo…
Gabo Guillermo
X: @gaboguillermo