18 años desde que Rafael entregó como sacrificio a su hermano menor en una secta
Han pasado 18 años desde que un joven entregó a su hermano para ser sacrificado en rito satánico, Héctor Henríquez Cabana de 15 años, fue hallado muerto la mañana del 29 de agosto del 2005 en un solar.
El estudio forense arrojó que su cuerpo presentaba tres heridas con arma blanca en el cuello, cinco en el pecho y una en el brazo izquierdo.
Su hermano Rafael de 19 años, capturado por este hecho, dijo a los investigadores que su familiar había sido víctima de un “ritual diabólico” realizado en una playa de Santa Marta.
Con base en su testimonio, que cambió tres veces durante el proceso, la Fiscalía capturó y logró que un juez en primera instancia condenara al ginecólogo Marlon Martínez Hurtado, de 33 años, supuesto líder de la secta y a César Rojano Rodríguez, un integrante a 30 años de prisión.
Mientras tanto, Nelson González Gelvis, uno de los presuntos secuestradores de Héctor, fue absuelto y Rafael, que se acogió a sentencia anticipada, recibió 19 años de cárcel. Sin embargo, pagó solo 12 años debido a su buen comportamiento y los estudios académicos que cursó dentro del centro reclusorio.
María Isabel Henríquez y su esposo, el pastor evangélico Hernando Linero, tíos de Rafael, consideran que aunque se aplicó un castigo merecido sobre su sobrino, no se aplicó la justicia de forma correcta.
“Es infortunado que esta historia tan dolorosa e impactante haya terminado con un desenlace errado respecto a las causas que lo originaron. Había pruebas técnicas y evidencias que revelaban que se trató de una muerte producto del satanismo, pero a los jueces les resultó más conveniente descartar cualquier hipótesis en ese sentido y atribuirlo a una riña entre hermanos que nunca existió”, manifestó Hernando Linero.
Sus tíos niegan que tuvieran problemas personales. “Tenían diferencias como cualquier familia que vive en una misma casa, pero Héctor quería mucho a Rafael y viceversa, sin importar que sus personalidades fueran totalmente opuestas”, detalla la tía.
El pastor manifiesta que a su casa llegaron a ofrecerle dinero para que se retiraran las acusaciones en contra de los miembros de la secta que estaban privados de la libertad en aquel entonces.
La Fiscalía encontró suficientes evidencias y testimonios para dar validez al relato de Henríquez Cabana en el que contaba que para ingresar a una secta llamada “Hermandad Andretti Generación” firmó un contrato en el que debía someterse a una prueba de desprendimiento, que consistía en entregar a un ser querido en sacrificio.
De acuerdo con la tesis que se manejó, el ginecólogo Martínez, conocido con el alias de Cristopher Andretti, era el líder de la secta.
Rafael Henríquez narró que su hermano Héctor fue llevado a la playa de Los Cocos, cerca de la desembocadura del río Manzanares, allí lo ataron de pies y manos para luego apuñalarlo.
“Cuando vi que lo iban a matar, yo intenté ayudarlo porque él me pedía ayuda, pero me agarraron por el cuello y no me dejaron ayudar. Fue cuando Donis, uno de los miembros de la secta empezó a apuñalarlo”, detalla Rafael en su entrevista con la Fiscalía en el momento de los hechos.
Rafael aseguró que Marlon Martínez lo llevó en una camioneta hasta un parque donde lo amenazó para que no delatara a los miembros de la secta.
El caso fue apelado y el Tribunal Superior de esa ciudad absolvió a dos de ellos: a Martínez Hurtado y a Rojano. Luego, la Fiscalía demandó ante la Corte Suprema la decisión del Tribunal, alegando que cometió errores al analizar las pruebas, las cuales demostraban que las dos personas que fueron absueltas eran responsables del homicidio por su pertenencia a la secta.
Finalmente, la Corte ratificó la absolución de los dos supuestos miembros de la secta por esta muerte y determinó que el crimen no ocurrió en un sacrificio, como lo sostenían Fiscalía y Procuraduría, sino que fue cometido por el hermano de la víctima, por una supuesta rivalidad familiar.