Medio británico DailyMail, revela que los cuatro ciudadanos estadounidenses tienen antecedentes penales relacionados con tráfico de drogas

Tras la localización de los cuatro ciudadanos estadounidenses secuestrados el pasado viernes en Matamoros, Tamaulipas, donde dos perdieron la vida y dos sobrevivieron, las autoridades mexicanas no descartan que estén relacionados con la comercialización de drogas.

De acuerdo con el medio británico DailyMail, los cuatro ciudadanos estadounidenses tienen antecedentes penales relacionados con tráfico, venta y consumo de drogas, así como portación de armas de fuego, de acuerdo con registros judiciales de la Corte de Carolina del Sur, donde son originarios.

Latavia McGee, Eric Williams, Zindell Brown y Shaeed Woodard habían viajado a Matamoros en un vehículo con la finalidad de que la mujer se practicará una cirugía estética, cuando fueron confundidos como narcotraficantes haitianos, con quienes miembros del cártel del Golfo tienen conflictos por el territorio.

Según los registros judiciales de la Corte de Carolina del Sur los cuatro tienen antecedentes penales registrados en los últimos años, por ejemplo, Eric Williams, uno de los sobrevivientes, había sido arrestado anteriormente por distribuir crack y cocaína cerca de una escuela.

Mientras que Latavia McGee, madre de seis hijos ha sido arrestada varias veces en los últimos años, la última el pasado 20 de enero de 2022, en relación al delito de conducta ilegal hacia un menor de edad, cuando su hija de ocho años dio positivo a consumo de anfetaminas.

Shaeed Woodard, quien perdió la vida, habría sido detenido por fabricación y posesión de drogas, además se había declarado culpable de los delitos en una Corte estadounidense.

Sobre Zindell Brown, el otro ciudadano estadounidense muerto, había sido acusado de posesión de marihuana y violencia doméstica en julio de 2019.

Las fichas de detención de estos ciudadanos estadounidenses aparecen en el sitio Arrests.org acusados de diversos delitos contra la salud, los cuatro fueron localizados el 7 de marzo en una casa de seguridad en El Tecolote, en la carretera a la playa, aproximadamente a 10 kilómetros de donde fueron levantados.

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