Refuerza estado combate al huachicol

Puebla, México. – En el marco de la estrategia nacional de seguridad encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, el estado de Puebla ha incrementado significativamente sus esfuerzos para combatir el robo de hidrocarburos, delito mejor conocido como “huachicol”. Esta iniciativa responde tanto a compromisos internacionales de México en materia de seguridad energética, como al objetivo del nuevo gobierno federal de reducir la incidencia delictiva mediante el fortalecimiento de las instituciones y la protección del patrimonio nacional.

Tan solo en 10 meses con Sheinbaum al frente se ha ha incautado más que los 8 millones de litros que logró Obrador en un periodo más amplio.

A nivel estatal, el gobernador Alejandro Armenta ha implementado una serie de operativos interinstitucionales que involucran a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Guardia Nacional, fuerzas policiales estatales y municipales, así como personal de seguridad física de Petróleos Mexicanos (Pemex). Estas acciones han derivado en un aumento sustancial en la detección y clausura de tomas clandestinas.

De enero a la fecha, se han asegurado 28 pipas y 272 tomas clandestinas: 32 de gasolina, 230 de gas LP y 10 de oleoducto. Los municipios con mayor incidencia incluyen San Matías Tlalancaleca, San Martín Texmelucan, Amozoc, La Esperanza, Acajete, Puebla, Huejotzingo y Santa Rita Tlahuapan.

Además, Puebla consolida su posición como líder nacional en la recuperación de hidrocarburos robados, logrando que la entidad pasara del último lugar al primero en la lucha contra este delito, que afecta a Pemex y al patrimonio nacional. Durante un operativo realizado en el municipio de San Matías Tlalancaleca, cerca de San Antonio Chautla de Arenas, autoridades detectaron una toma clandestina en el ducto Cactus-Guadalajara, que transporta gas LP desde el sureste

En respaldo a estos esfuerzos, el gobernador sostuvo una reunión con el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, para establecer mecanismos de cooperación más amplios. Como parte de los acuerdos, se prevé la entrega de patrullas, ambulancias, maquinaria y equipamiento para escuelas, a fin de fortalecer la capacidad de respuesta de las instituciones en zonas vulnerables.

Estas acciones se enmarcan en un contexto nacional en el que el robo de hidrocarburos representa no sólo un delito económico, sino una amenaza que está asociada a otras actividades criminales como el contrabando, la corrupción y el lavado de dinero. De acuerdo con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, recientemente se realizaron operativos en otros estados como Guanajuato, Veracruz, Tamaulipas y Coahuila, donde se recuperaron más de 8 millones de litros de combustible y se detuvo a 23 personas.

Por ello, volviendo al terreno local, el gobierno de Puebla está trabajando en estos temas para seguir con el eje de turismo y atraer más eventos nacionales e internacionales.

Finalmente, las autoridades han exhortado a la ciudadanía a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el robo de combustible, destacando que la participación social es clave para mantener bajo control este delito de alto impacto.

El Huachicol, delito que crece hasta en las creencias

El fenómeno del “huachicol” ha evolucionado durante décadas, y aunque su origen se remonta a prácticas antiguas dentro de la industria petrolera, hoy es desde las entreñas de PEMEX que se combate.

Es relevante atender la problemática considerando que en el colectivo mexicano surgió ya el “Santo Niño Huachicol”, que es reconocido por carga un bidón y una manguera, símbolo de fe para las personas que se dedican a extraer los hidrocarburos con estos artefactos.

Tipos de hidrocarburos

El huachicol, como se conoce en México al robo y comercialización ilegal de combustibles, abarca una variedad de hidrocarburos que son extraídos de forma clandestina, principalmente de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). Entre los productos más comúnmente sustraídos se encuentra la gasolina, debido a su alta demanda y facilidad de distribución en el mercado negro. Es el principal objetivo de las tomas ilegales, ya que abastece a millones de vehículos particulares y del transporte público.

Otro de los combustibles más robados es el diésel, especialmente buscado por su uso extensivo en el transporte de carga, maquinaria industrial y agrícola. Su elevado costo y amplio consumo lo convierten en una fuente de ingreso rentable para los grupos dedicados al robo de hidrocarburos. En paralelo, el Gas LP (Licuado de Petróleo) también figura entre los productos más vulnerables al huachicoleo. Este tipo de gas es utilizado cotidianamente en hogares, negocios y hasta en vehículos adaptados, y suele ser extraído de ductos, autotanques y plantas de almacenamiento.

Aunque en menor proporción, también se han documentado casos de robo de turbosina, el combustible utilizado por aviones, lo cual implica una logística más compleja y especializada. De forma ocasional, incluso se ha registrado el robo de petróleo crudo sin refinar, aunque su comercialización clandestina es más limitada, debido a que requiere procesos de refinación para su uso.

Estos delitos no solo representan pérdidas millonarias para el Estado mexicano, sino que además generan altos riesgos para la población, como explosiones, fugas y contaminación, siendo uno de los ejemplos más trágicos la explosión de una toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo, en 2019.