Zohran Mamdani destaca a Claudia Sheinbaum como ejemplo de liderazgo progresista

El alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, calificó a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como “un ejemplo a seguir” dentro del liderazgo progresista global, destacando su visión social, su compromiso con la equidad y su papel como la primera mujer en encabezar el Ejecutivo mexicano.

Durante un evento público en la ciudad de Nueva York, Mamdani —de origen ugandés e integrante del ala socialista del Partido Demócrata— señaló que Sheinbaum representa “la posibilidad de un gobierno comprometido con la justicia social y el bienestar de las mayorías”. El político, conocido por su defensa de los derechos de los migrantes y la vivienda asequible, aseguró que la mandataria mexicana ha demostrado que “las transformaciones profundas pueden lograrse desde la izquierda, sin perder contacto con la ciudadanía”.

Las declaraciones del nuevo alcalde neoyorquino se dan en un contexto donde la política estadounidense vive tensiones entre sectores conservadores y progresistas. Mamdani, respaldado por amplios sectores de la comunidad latina —particularmente mexicana—, ha mencionado que se inspira en modelos de liderazgo que colocan la justicia social y el desarrollo sustentable como ejes centrales de gobierno.

En respuesta, Sheinbaum expresó respeto por los procesos políticos de otros países, aunque reconoció la relevancia de que surjan liderazgos jóvenes y comprometidos con la equidad. “Lo que pasa en Nueva York es interesante porque muestra que hay nuevas generaciones dispuestas a construir sociedades más justas”, afirmó.

El reconocimiento de Mamdani refuerza el perfil internacional de la presidenta mexicana como referente de la izquierda democrática, pero también genera expectativas: su gobierno enfrenta el reto de convertir ese prestigio en resultados tangibles en materia de seguridad, crecimiento económico y derechos humanos. En un entorno global donde la desigualdad sigue marcando la agenda, el elogio de Mamdani a Sheinbaum refleja la esperanza —y el desafío— de una política que aspire a transformar desde la empatía y la inclusión.