Redacción Paralelo 19Crimen creciente y abandono oficial exhiben incapacidad del alcalde de Chiconcuautla
La inseguridad que golpea a Chiconcuautla —marcada por el robo de ganado, la violencia en comunidades rurales y el asesinato de un taxista— ha dejado al descubierto no solo la falta de presencia institucional, sino también la evidente incapacidad del alcalde Roque Morales Iturbide para atender una crisis que ya desbordó al municipio. Lejos de implementar acciones concretas, el edil ha optado por mantenerse al margen, minimizar los hechos y limitarse a declaraciones que no se traducen en resultados.
La crisis se agrava con cada nuevo reporte. En la comunidad de Ixtaczoquitla, al menos cuatro reses fueron robadas el pasado 17 de noviembre, un delito que golpea directamente la economía local. Los ganaderos afectados denuncian que desde hace meses no ven una sola patrulla en la zona, situación que, aseguran, ha permitido que los delincuentes actúen con total impunidad. Este testimonio, repetido en otras comunidades, refleja un patrón claro: la vigilancia municipal no existe.
Los habitantes señalan que las autoridades no realizan recorridos de seguridad y que no hay respuesta cuando solicitan apoyo. La sensación de abandono es generalizada y cada vez más palpable. La población afirma sentirse completamente desprotegida, pues los hechos delictivos ocurren sin que el Ayuntamiento reaccione o muestre voluntad de reforzar la seguridad básica.
La situación no mejora cuando se revisa el caso del taxista asesinado. Para los vecinos, su desaparición y posterior hallazgo sin vida evidencian la ausencia de protocolos de búsqueda y la negligencia municipal para atender emergencias en tiempo real.
En Chiconcuautla, el problema no es solo el crimen: es la indiferencia oficial. Mientras el alcalde Roque Morales Iturbide no asuma su responsabilidad y no impulse acciones visibles, coordinadas y permanentes, el municipio seguirá hundiéndose en un clima de violencia, miedo y abandono.
