Lalo y Mario, los elegidos del PAN

Luis David García / @ldgarcia_mkt

En la política el juego de la especulación es una de las principales estrategias de comunicación, posicionamiento y negociación; permite crear escenarios hipotéticos, en el juego, los que van lejos pretenden alcanzar; se busca desestabilizar y genera: dudas, reuniones, acuerdos y planes.

En este juego, las fotos son mensajes, las reuniones formas de mostrar músculo y las declaraciones públicas, cartas dedicadas a personas en específico.

Justo este juego ha ocasionado que se planteen varios escenarios dentro del Partido Acción Nacional en Puebla; si fuera mujer, serían Ana Teresa Aranda o Caro, o Genoveva; que el propio Eduardo analiza si va o no va; que si Mario junta las canicas para lograr la capital.

Otros tracendidos de este juego son las amenazas y declaraciones del PRI y las solicitudes constantes de puestos y candidaturas; los análisis del PRD para jugar solos en el 24, y los que anuncian que quieren ser presidentes de la República para que les den una regiduría.

Generalmente los que juegan mejor las cartas de la especulación obtienen resultados, quienes le suman acciones, trabajo y recorrido suman puntos extra. No obstante, sin importar que tan bien esté planeado el tablero de ajedrez, este siempre se encuentra en una balanza que acompañado de momentos, suerte y el aprovechamiento de las oportunidades, se modifica todos los días.

Hay, sin embargo, cosas que son, y por más que las especulaciones intenten apuntar hacia otros lados están marcadas como el plan original; existe el plan b, c, d y hasta el z, pero el objetivo es uno, y en el PAN es que Eduardo Rivera sea el próximo candidato a la gubernatura y que Mario Riestra se convierta en su sucesor en la capital del estado.

Eduardo luego de años se encuentra en la mejor posición que había tenido, su popularidad y conocimiento es mayor que en su primer gestión, hoy tiene el control del partido y las cartas a su favor para lograr el objetivo tan peleado en las casas de enfrente: ser el candidato único; tiene el sartén por el mango y los que piensen que duda de su futuro político, están equivocados. Lalo será candidato a gobernador y lo hará con o sin alianza, con el PRI y el PRD, completos o con una parte de ellos.

Mario hoy es en la capital el perfil más fuerte, la competencia es ruda con la doña, pero cuenta con la experiencia, las relaciones y el apoyo de empresarios y un gran sector del partido para abanderar el proyecto de Acción Nacional en la búsqueda del Charlie Hall. Tendrá que negociar, como Lalo, un gabinete plural, espacios y lugares para todos, y además, cohesionar a todos los interesados. Hoy, además, tiene la mejor relación con la dirigencia nacional y Marko lo ve con buenos ojos para consolidar el proyecto del albiazul en Puebla.

Las especulaciones seguirán todos los días, y hasta que sea la designación de los candidatos serán varias, pero hay cosas que son y no cambiarán, y en este caso Lalo y Mario son, al día de hoy, la fórmula para buscar que el PAN recupere el gobierno del estado y mantengan el bastión de la capital poblana.

Ya lo que pase después, si ganan o pierden, le corresponde a un sinfín de factores que en el juego serán exacerbados, señalados, exhibidos y juzgados por los poblanos que tendrán en sus manos la decisión en las urnas. Hoy no hay más.

Luis David García

Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, asesor en comunicación política y digital en distintas campañas políticas, medios de comunicación y agencias publicitarias. Se ha desempeñado como periodista en medios nacionales y de circulación local. Actualmente es director de Paralelo 19 y estudia la maestría en mercadotecnia estratégica.

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