Parece raro; es más, me siento raro.
Esta carta nace como muchas cosas en esta doble vida que Dios me permite vivir.
Estando sentado sin previa cita con Roberto Gómez Junco, al final de la comida le pido que me diga 3 temas que estén en discusión para esta columna.
Él me sugiere el caso Anselmi, la Liga y el futuro de la FMF. Con esa intención me siento esta tarde de martes.
De repente, me acuerdo que el viernes cumplo 66 años, de los cuales recuerdo 63 o 62 como si hubiera sido ayer y caigo en la cuenta de lo mucho que tengo que agradecer y de lo poco agradecido que soy.
Para empezar, el poder haber vivido muchos años con mi nombre de pila, ejerciéndolo a todo motor y 20 de los últimos 66, siendo el ‘Chelís’.
¡De los primeros 46, el fútbol fue tu arma predilecta!.
Te ayudó a ser hijo, hermano, amigo, novio, esposo, papá y a tener muchos sueños, muchos de estos fracasaron, otros llegaron a la cima y otros muchos quedaron en el mar de sueños.
¡Estoy seguro que añoras esos días de mucho esfuerzo y de poco pensar!.
A partir de que aparece el ‘Chelís’ a cuadro, el esfuerzo pasó a segundo plano y los planes tomaron tu tiempo.
A veces te veo poco natural, no quieres dar un mal paso, cuidas tu espalda en todo momento, desconfías pensando que tu edad te da la experiencia para pensar dos veces las cosas.
¡Te alejaste del Sánchez Solá para adoptar a ‘El Chelís’!.
La evolución del ser humano tendría que ser natural, siempre y cuando no se te olvide de dónde vienes y más fácil descubrirás a dónde vas.
Simplemente, el primero tenía frenos, tenía miedos, tenía otra manera de clasificar lo bueno de lo malo. En una palabra: tenía autocrítica.
El de hoy, no ve la viga que tiene en el ojo, piensa que es una pajita y critica y clasifica según su interés.
Al Chelís lo he visto llorar por cosas que sólo las lágrimas lo delatan. Son lágrimas de dolor con muchos tintes de su pasado, tiempo que tú has querido que se aleje, pero que tú lo recuerdas con nostalgia.
Hay algo entre los dos que no hace contacto cuando bien sabes que para producir esa chispa se necesitan dos polos; me cuesta trabajo entender que no lo entiendas.
El ser bondadoso, agradecido, amigable, empático, justo, no es un acto, es un sentimiento, cuando el 66% de tu vida te has guiado por sentimientos.
Entonces, en estas letras y teniendo la fortuna de haber vivido dos vidas, el año, los cinco o 20 que te falten, aprovéchalos con el único fin de poner la cabeza en la almohada y decir: hoy cumplí, cerrar los ojos y soñar en algo de lo que soñabas mucho tiempo de tu vida. No te escapes de ese gran momento que te ofrece la noche: sueña.
¡Quítate ese peso que solo tú crees que tienes. Los tuyos te necesitan liviano y lúcido!.
¿Quieres ayudar?. Pues primero ayúdate a ti mismo y al final, en tu tumba se podrá escribir: ¡Aquí yace José Luis Sánchez Solá, ‘El Chelís!.