Reaparición de AMLO: respaldo a nuestra presidenta y terror de la oposición

Columna 5

La reaparición de Andrés Manuel López Obrador en redes sociales, para presentar su nuevo libro, volvió a poner las cosas en su lugar. Sin actos multitudinarios, sin ceremonia, sin despliegues innecesarios: apareció como lo que es, un líder político con autoridad moral, capaz de mover la conversación nacional con un solo mensaje. Y lo hizo con esa serenidad que tanto incomoda a sus detractores.

Porque hay que decirlo con todas sus letras:
se les cayó el teatrito a los agoreros de la desgracia.

A quienes llevan semanas —o más bien años— construyendo ficciones, inventando enfermedades, vaticinando escenarios catastrofistas y deseando en voz baja lo que nunca se atreverían a decir en público.
Vimos a un expresidente sano, lúcido, articulado y claro. Punto.

Toda esa maquinaria de mentiras que intentó forzar la idea de un López Obrador “desaparecido”, “enfermo” o “incapacitado” se derrumbó con una transmisión de unos minutos.
Se quedaron sin narrativa, sin sustento y sin vergüenza.
Una vez más, la realidad les ganó.

Pero tal vez lo más importante no fue su estado físico —aunque también desmontó rumores— sino el mensaje político de fondo:

él ya fue presidente. Y lo sabe. Y lo respeta.
No vino a desplazar, ni a opacar, ni a dividir. Vino a reconocer, con una claridad que solo tienen los grandes liderazgos, que hoy quien encabeza el movimiento, el Gobierno y la transformación es la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Y eso, aunque duela en ciertos círculos, es clave para entender el momento político que estamos viviendo:
López Obrador cerró su ciclo como presidente de México.
Y Sheinbaum abrió el suyo, si el SUYO y de nadie más, con fuerza, legitimidad y rumbo.

El expresidente lo dijo sin rodeos:
él acompaña, apoya y respalda, pero no sustituye.
No gobierna, no decide, no dirige.
Hoy la conducción del país está en manos de una mujer con cabeza fría, disciplina, visión y autoridad política propia.

Así que quienes pretendían sembrar la idea de un “doble gobierno” o de una presidenta “tutelada” ya no tienen pretexto.
Ni el morbo ni la mala fe pueden contra la realidad.
Tenemos un expresidente que respeta la investidura…
Y tenemos, sobre todo, una presidenta sólida que gobierna y marca ruta.

Lo que vimos este fin de semana deja varias lecciones:
1. La derecha nunca entiende el movimiento.
Confunden la unidad con sumisión, el respeto con subordinación y la lealtad con debilidad. Por eso se equivocan una y otra vez.
2. El obradorismo no se fractura por rumores ni por campañas.
Se sostiene en convicciones, no en chismes.
3. El liderazgo de Sheinbaum se consolida cada día más.
Gobernando con seriedad, con resultados y con una autoridad que no necesita gritos.
4. El país está en manos de una mujer que sabe lo que hace.
Eso molesta, incomoda y asusta… pero es un hecho.

Y sí, hay que decirlo con la claridad que merece este momento histórico:
tenemos mucho expresidente y tenemos, sobre todo, mucha presidenta.
Y eso —aunque les arda a algunos— es lo que le da estabilidad al movimiento y certidumbre al país.

Mientras la oposición vive del rumor, nosotros vivimos de las realidades.
Mientras ellos esperan crisis, nosotros construimos futuro.
Mientras ellos inventan cuentos, nosotros seguimos trabajando.

El movimiento tiene presente, tiene rumbo y tiene liderazgo.
Y hoy ese liderazgo tiene nombre y apellido:
Claudia Sheinbaum Pardo.


Nosotros

Paralelo 19 es un periódico digital que tiene como principal objetivo mantener informada a la ciudadanía de manera veraz y objetiva.

El proyecto nace de la inquietud de periodistas, emprendedores y comunicólogos de otorgar la mejor información a los lectores en todos sus sectores; el político, el social, el cultural, el deportivo, el laboral, el empresarial y el religioso, con la finalidad de brindarles una experiencia multimedia que satisfaga las necesidades de la audiencia.

Leer más…