ONG acusan a Nestlé y Starbucks de beneficiarse de trabajo infantil en plantaciones de café

• Las acusaciones incluyen trabajo infantil, trabajo forzado, incumplimiento de normas de seguridad laboral y explotación salarial.

Organizaciones internacionales de derechos humanos han señalado a Nestlé y Starbucks por presuntamente beneficiarse de cadenas de suministro donde se utiliza trabajo infantil y forzoso, en plantaciones de café ubicadas principalmente en Brasil, México y Uganda. La denuncia fue presentada ante autoridades alemanas en el marco de la Ley de Diligencia Empresarial, que obliga a las grandes corporaciones a garantizar condiciones laborales justas a lo largo de toda su cadena productiva.

El informe, elaborado por las ONG Coffee Watch y Global Human Rights Monitor, documenta testimonios y evidencias de menores trabajando jornadas extenuantes por salarios mínimos o sin remuneración, además de falta de medidas de seguridad y condiciones precarias de vivienda. Las acusaciones apuntan a que ambas empresas habrían adquirido café proveniente de esas fincas, pese a conocer las irregularidades.

Mientras Nestlé declaró que sus operaciones “cumplen con los más altos estándares de sostenibilidad y derechos humanos”, y Starbucks calificó las denuncias como “infundadas”, los investigadores sostienen que los mecanismos de auditoría corporativa son superficiales y carecen de independencia. “El problema no es la falta de políticas, sino su incumplimiento sistemático”, advierte el informe.

Las ONG también cuestionan el valor real de las certificaciones “éticas” que ambas marcas exhiben en sus productos, señalando que los sellos como C.A.F.E. Practices o Rainforest Alliance no garantizan la ausencia de explotación laboral. En muchos casos, los supervisores solo inspeccionan una parte mínima de las plantaciones.

El caso vuelve a poner bajo escrutinio la doble moral del marketing corporativo: mientras las marcas promueven una imagen de consumo responsable, sus cadenas de producción siguen ancladas en la desigualdad y la explotación. La denuncia exige sanciones ejemplares y mayor transparencia sobre el origen del café que consumen millones de personas en el mundo.