Redacción Paralelo 19Tragedia anunciada: descarrilamiento del Tren Interoceánico deja 13 muertos en Oaxaca
El descarrilamiento del Tren Interoceánico ocurrido este fin de semana en la comunidad de Nizanda, municipio de Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, dejó un saldo de 13 personas fallecidas y 98 lesionadas, un hecho que ha encendido alertas sobre las condiciones de seguridad de uno de los proyectos ferroviarios más relevantes del país.
La Secretaría de Marina (Semar) confirmó el número de víctimas a través de un comunicado oficial, en el que detalló que cinco de los heridos se encuentran en estado grave. Las personas lesionadas fueron trasladadas a distintos hospitales de la región, entre ellos unidades del IMSS en Matías Romero y Salina Cruz, así como hospitales del IMSS-Bienestar en Juchitán e Ixtepec, donde continúan recibiendo atención médica.
El accidente se registró en la Línea Z del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, cuando el convoy se salió de las vías mientras realizaba su recorrido habitual. Aunque las autoridades federales activaron protocolos de emergencia y desplegaron personal de auxilio, la magnitud del saldo humano evidenció fallas graves en los mecanismos de prevención y supervisión del sistema ferroviario.
Hasta el momento, no se han informado de manera clara las causas del descarrilamiento, lo que ha generado cuestionamientos sobre el estado de las vías, el mantenimiento del tren y las condiciones de operación. La falta de información técnica inmediata contrasta con el discurso oficial que ha presentado al Tren Interoceánico como una obra estratégica y segura para el desarrollo del sureste del país.
El servicio fue suspendido en el tramo afectado mientras se realizan los peritajes correspondientes. Sin embargo, el accidente ha abierto un debate más amplio sobre la prioridad otorgada a la seguridad de los usuarios frente al impulso político y económico del proyecto.
Más allá de las investigaciones anunciadas, la tragedia en Nizanda deja en evidencia la necesidad de rendir cuentas y revisar de fondo la operación del Tren Interoceánico, para evitar que una obra de infraestructura vuelva a cobrar vidas humanas.
