La Fundación de Puebla; descubre los 3 datos que quizá no sabías

Puebla de Zaragoza, conocida como la “Ciudad de los Ángeles”, es una joya colonial cuya historia encierra secretos y curiosidades que pocas veces se cuentan. Fundada en el siglo XVI como un punto estratégico entre Veracruz y la Ciudad de México, su origen va mucho más allá de las crónicas oficiales. A continuación, te presentamos tres hechos poco conocidos que revelan la riqueza cultural y simbólica de su fundación.
1. Una ciudad planeada con precisión geométrica
A diferencia de muchas urbes coloniales que crecieron de manera desordenada, Puebla fue concebida como una ciudad modelo. Su traza original respondió a un diseño urbano basado en un patrón cuadriculado, similar al de un tablero de ajedrez. Las manzanas estaban cuidadosamente calculadas para medir 100 por 200 varas castellanas —lo que equivale a cerca de 84 por 178 metros—, una proporción que aún puede apreciarse en el centro histórico. Este enfoque de planificación la convirtió en una de las primeras ciudades fundadas con criterios modernos en el continente americano.
2. Cuetlaxcoapan: un valle con pasado guerrero y ritual
Antes de la llegada de los colonizadores, el sitio donde se asentaría Puebla ya tenía gran relevancia. Conocido como Cuetlaxcoapan, este lugar fue escenario de las llamadas guerras floridas, rituales de combate entre pueblos indígenas como los tlaxcaltecas, huejotzincas, tepeaquenses, itzocanos y texmeluquenses. Lejos de buscar la dominación territorial, estos enfrentamientos tenían una finalidad espiritual: capturar prisioneros que serían sacrificados a los dioses en ofrenda. Este trasfondo místico sigue latente en la identidad poblana.
3. Un reconocimiento real que marcó su destino
Aunque la fundación oficial de Puebla ocurrió en 1531, fue apenas un año después, el 20 de marzo de 1532, cuando recibió un respaldo fundamental. Isabel de Portugal, esposa del emperador Carlos V y reina consorte de España, otorgó el título de “Ciudad de los Ángeles”. Esta designación no solo reflejaba la visión religiosa del proyecto colonial, sino que consolidó su importancia política, social y espiritual dentro del virreinato.
Puebla, entre lo divino y lo terrenal
Estos tres datos curiosos confirman que Puebla no es solo una ciudad con arquitectura barroca y gastronomía reconocida mundialmente. Es también un punto de encuentro entre culturas, religiones y visiones del mundo. Su historia, forjada entre la precisión urbanística europea y las tradiciones indígenas mesoamericanas, la convierte en un ejemplo único dentro del patrimonio histórico de México.