Sistema de salud que excluye: bebé con síndrome de Down enfrenta rechazo injusto

El caso de Milena Sofía, una bebé de tres meses a la que distintas aseguradoras se negaron a darle un seguro médico por tener síndrome de Down, exhibe de manera dolorosa cómo el sistema de salud mexicano continúa operando bajo lógicas de exclusión y discriminación disfrazadas de “políticas empresariales”.
Su padre, Raúl Cantú González, vecino de la zona Cumbres en Monterrey, relató que el 12 de agosto, apenas un día después del nacimiento de su hija, recibió la noticia del padecimiento congénito. Inmediatamente inició la búsqueda de opciones de aseguramiento, pero lo que encontró fue una barrera impenetrable. “Me dicen: un niño que tiene síndrome de Down automáticamente se convierte en no-asegurable”, contó en entrevista. Esa frase, repetida por al menos cuatro agentes de seguros, resume la crudeza de un sistema que convierte la salud en un cálculo de rentabilidad.
Los agentes justificaron su negativa bajo el argumento de que la condición de Milena incrementa el riesgo de requerir servicios médicos y, por lo tanto, no resulta “redituable”. En otras palabras: la vida de una niña, reducida a una tabla actuarial. Ninguna evaluación personalizada, ningún intento de adaptación, ningún criterio humano. Solo la frialdad del rechazo.
Esto no es un caso aislado: es un síntoma de un sistema que permite que empresas privadas definan quién merece acceso a salud. Es también un recordatorio de la urgencia de un Estado que fiscalice, regule y sancione. Porque no puede ser que una bebé recién nacida sea castigada por una condición genética que debería implicar más apoyo, no menos.
El problema no es Milena: es un sistema que, desde la cuna, decide quién es “asegurable” y quién no. Y eso, en cualquier país que aspire a ser justo, es inaceptable.







Redacción Paralelo 19






