Muere Miguel Cortés, el presunto feminicida serial conocido como “el Dahmer mexicano”
- El caso que estremeció a Iztacalco concluye con la muerte del presunto feminicida.
- Se llevaría a acabo la audiencia de vinculación a proceso; según Fiscalía de CDMX.
Ciudad de México, abril 2025 — Miguel Cortés, un químico farmacobiólogo de 39 años, murió este domingo tras sufrir una caída dentro del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente. Las autoridades capitalinas informaron que, tras el incidente, fue trasladado de emergencia al Hospital General de Iztapalapa, donde fue declarado muerto por un posible paro cardiorrespiratorio.
Cortés Miranda había sido detenido en 2024 por su presunta responsabilidad en una serie de feminicidios cometidos en la alcaldía Iztacalco. El impacto del caso se extendió rápidamente por redes sociales y medios, cuando se filtraron imágenes y videos del hallazgo en su domicilio: al menos cinco cráneos humanos, herramientas quirúrgicas y restos presuntamente disueltos en ácido.
Muere antes de su vinculación a proceso
Aunque la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) señaló que la causa de la muerte fue una caída que provocó una contusión, seguida de un paro cardiorrespiratorio, diversos sectores exigen una revisión más profunda de las circunstancias. Además la Fiscalía de la Ciudad de México, señaló que el día 13 de abril se llevaría acabo su audiencia de vinculación a proceso por los casos de dos de las víctimas; sin embargo falleció horas antes.
“El Dahmer mexicano”: un apodo macabro con ecos internacionales
Por la brutalidad de sus crímenes y los métodos empleados para desaparecer a sus víctimas, Miguel Cortés fue comparado con Jeffrey Dahmer, el asesino serial estadounidense conocido por desmembrar y conservar partes de los cuerpos de sus víctimas. El apodo “el Dahmer mexicano” surgió entre usuarios de redes sociales y fue rápidamente adoptado por la prensa, aunque generó un intenso debate por su carga estigmatizante y su efecto en la opinión pública.
Durante el proceso de investigación, autoridades locales hallaron evidencias que lo vinculaban con al menos 20 posibles feminicidios. Los cráneos, restos biológicos y múltiples identificaciones encontrados en su domicilio reforzaban esta hipótesis. Además, se localizaron herramientas especializadas, lo que hizo suponer un grado alto de planeación y conocimiento técnico en la comisión de los crímenes.