Pemex: responsable de arrasar con fauna marina y zonas protegidas

- Un ducto en mal estado provoca severos daños ambientales; mueren peces, se pierden cultivos de ostras y pelícanos quedan afectados.
Un nuevo episodio de daño ambiental vinculado a Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sacudido las costas del estado de Tabasco. Este fin de semana, la Terminal Marítima de Dos Bocas fue escenario de un derrame de hidrocarburo que desencadenó una crisis ecológica de gran escala. La rotura de un ducto antiguo, perteneciente a la plataforma que conecta con la refinería de Dos Bocas, provocó el vertido de aproximadamente 300 barriles de aceite crudo al mar.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que Pemex ya se encuentra realizando labores de contención y limpieza del derrame. Sin embargo, el impacto sobre el medio ambiente y las comunidades costeras ya es considerablemente grave. Las autoridades se vieron obligadas a cerrar cinco playas de manera inmediata, ante la magnitud del siniestro.
Los primeros efectos visibles fueron devastadores: cientos de peces aparecieron muertos en las orillas, mientras que los criaderos de ostras, que son fuente de sustento para numerosas familias de pescadores, fueron arrasados por el hidrocarburo. Además, el derrame alcanzó zonas de manglares y áreas naturales protegidas, hogar de múltiples especies, incluyendo pelícanos que quedaron impregnados de crudo.
Medios locales reportan que más de 1,500 pescadores han tenido que suspender sus actividades debido a la contaminación del mar, agravando así la situación económica de la región. Las labores de limpieza continúan, pero la incertidumbre sobre el alcance real de los daños persiste.
Este incidente vuelve a poner bajo escrutinio la operación de Pemex y la antigüedad de su infraestructura, especialmente en un contexto donde los riesgos ambientales son cada vez más urgentes. Las voces críticas señalan que la falta de mantenimiento adecuado en los ductos y la débil respuesta preventiva han contribuido a la catástrofe actual.
Mientras la empresa estatal asegura que está “atendiendo la situación”, especialistas en ecología y representantes de comunidades afectadas exigen respuestas más firmes y una estrategia clara de reparación ambiental y compensación económica.
El derrame en Dos Bocas reaviva el debate sobre la sostenibilidad de los proyectos energéticos impulsados por Pemex y la necesidad de una supervisión más estricta para evitar que hechos como este continúen comprometiendo los ecosistemas del país.